Así me sentía, sosteniendo dos gigantes que pugnaban entre
sí para desalojar al otro. Los sostuve mientras pude, intenté compaginar sus
tiempos…
Hace algo más de 2 años abrí “La Ventana de mis Sueños” para
que pudieran salir los secretos de mi cajón. Fue muy bonito descubrir que por
ella también entraba la brisa, vuestra brisa que me arrastró y me llevó en
volandas a parajes que no imaginé.
Hoy, con sentimiento de derrota, tengo que confesar que he
convertido esta ventana en un nuevo cajón, pero no en uno cualquiera… Es mi
cajón de las cosas importantes, las que me gusta tener siempre a mano, las que
deseo que no caigan en el olvido de un archivo frío y oscuro.
La falta de tiempo, las responsabilidades, los golpes de la
vida, los asuntos urgentes que no admitían espera convirtieron mi ilusión
primera en una obligación, en un precio que definitivamente me negué a pagar. Me corroía no poder responder, no pasar a visitar, no devolver el cariño recibido... Decidí poner freno a lo que me arrastraba e hipotecaba mi ocio, convirtiéndolo en compromiso, en opresión a fin de cuentas.
Así, ahora, esta ventana-cajón de mis sueños, aunque aletargada, seguirá abierta para mí y para el que quiera entrar a mirar.
Sin prisa, sin plazos, sin peajes, guardaré en ella lo que me
haga feliz.
Adelaida