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domingo, 22 de noviembre de 2009

25 de Noviembre. Día Internacional contra la violencia de género.

El pasado Sábado 21 de Noviembre, asistí a unas charlas organizadas por el Área de la Mujer de IU local, sobre la violencia de género. Fui invitada por la organización para intervenir... más bien para dar mi opinión, pues no soy ninguna autoridad en la materia y sólo pude aportar mis sentimientos.


También intervino una chica joven, víctima de esta violencia. Su testimonio me impresionó profundamente, y creo que a todos los presentes, pues con 21 años tiene una larga y dura experiencia a sus espaldas, y más sufrimiento del que muchas personas puedan conocer en toda una vida.


Este ha sido el primer acto de este tipo en Nueva Carteya, pero espero que no sea el último, pues cuando te adentras es estos temas, es cuando te das cuenta de que realmente el problema existe... que no es una noticia del Telediario, sino algo muy crudo que afecta a personas reales.


Por supuesto, soy consciente de que no sólo las mujeres son víctimas de violencia de género. También hay hombres maltratados, pero lo cierto es que queramos o no reconocerlo, las que están muriendo casi a diario en España, son ellas, no ellos. A estas alturas de año ya son 58 las asesinadas por novios, compañeros, maridos o "ex". Tal vez mañana, tengamos que lamentar la nº 59. Y esto seguirá así hasta que la sociedad no tome verdadera conciencia de los problemas reales y las desigualdades que seguimos padeciendo las mujeres, empezando por el ámbito doméstico.


CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO



Buenas tardes a todos, señoras y señores.


Cada día vemos en televisión alguna nueva noticia que nos sobrecoge. Son muchas las mujeres que pasan cada año a engrosar la lista de víctimas por violencia de género, pero yo no voy a hablar de cifras ni estadísticas, sino de las personas que hay detrás de ellas, con su particular historia, con su propio sufrimiento, aunque todas atrapadas en la misma injusticia indignante.


No es fácil para quienes no lo hemos vivido meternos dentro de esa piel, y por eso hoy quiero hacer un ejercicio imaginario, para sentirme más cerca, para que todos nos concienciemos de que a esas mujeres a las que les tocó vivirlo, se les está negando el respeto no ya sólo por ser mujer, sino por ser persona. Esto es lo que quise reflejar con el eslogan que encabeza este año la campaña de nuestro pueblo contra esta lacra social.


Imaginemos pues la historia de María y pongámonos todos por unos momentos en su lugar.


María es una mujer corriente, como cualquiera de nosotras, que ilusionada inicia una vida en común con el hombre al que ama, al que ve como un amigo y como un compañero, pero sin saber muy bien porqué, ni cómo, ni cuándo exactamente se empieza a producir el cambio, él deja de ser esa persona amable y comprensiva de la que ella se enamoró, para convertirse en alguien que le recrimina a diario sus actuaciones, sus amistades, sus costumbres; que le cuestiona continuamente sus palabras… hasta que ella llega a pensar que es mejor no mostrar su propia opinión para no ocasionar conflictos.


La convivencia placentera que soñó con él, pasa a ser un constante estado defensivo al que ella repliega su vida cotidiana, con excusas siempre preparadas por si a él no le gustase esto o aquello, con silencios obligados para no provocar su injustificada ira…


De repente es María la que cambia. Su verdadera personalidad queda relegada a un segundo plano: es mejor ceder, callar por miedo, aguantar por prudencia; hacerse pequeñita, pequeñita, y confiar en que él se de cuenta de que ella no merece todo eso, y de que sigue allí siendo la misma a la que en otro tiempo él trató de muy diferente modo.


-“¿No me ve? Soy la misma de antes y sigo queriéndolo”.


Pero cuanto más pequeñita se vuelve ella, más grande se hace él y más poder le impone. Llega un momento en que su misma pasividad es motivo de furia y, un día, él le pega por primera vez. La golpea hasta que ve saciada su cólera.


Cada golpe duele y seguirá doliendo muchos días después, incluso cuando las huellas se hayan borrado. Duele la humillación, el desamor y sobre todo una pregunta sin respuesta… ¿Por qué?


Un millón de dudas la asaltan y cuando aún no ha decidido qué hacer, él le pide perdón y le promete cambiar, ser aquel compañero amable, amigo incondicional y amante enamorado que ella desea… y lo desea con tanta fuerza, que María lo cree. La alegría vuelve a su ser y la ilusión a su corazón.


Son días maravillosos de paz… de vida.


Pero él no ha cambiado. La misma promesa se repite una y otra vez y luego se esfuma, como progresivamente se marcha también la autoestima de la mujer. Se siente cohibida, atemorizada, anulada como persona. El trato vejatorio la ha convertido en un ser que se deja llevar, siempre pendiente de la aprobación de él. Con miedo, siempre con miedo.


Después de muchos golpes, seguidos de pasajero arrepentimiento, ella se da cuenta que no debe continuar perdonando inútil y eternamente, y reúne valor para pedir ayuda. Le cuesta mucho porque llega a pensarse la culpable de su propio infortunio. Sin embargo consigue sacar la fuerza para creer en sí misma y hablar de cuanto ha callado por vergüenza al principio y por terror más tarde. Entonces se enfrenta a una parte muy difícil: dar a conocer su situación, la denuncia, las incómodas declaraciones íntimas ante desconocidos, dejar su casa y partir de cero, exponerse a las crueles habladurías… pero sobre todo a las amenazas de él.


Ella sabe que él la considera suya, sin derecho propio, como una pertenencia sobre la que actuar tiránicamente. Para él, ella ya no es libre… es suya y no la dejará marchar en paz.


Creo que esta es, a grandes rasgos, la historia que viven mujeres iguales a nosotras en todo el mundo. Tal vez hay muchas que aún siguen sin dar ese último paso tan difícil, y otras tantas que jamás lo den, y mientras se habla de igualdad, se modifican las leyes y se hacen campañas publicitarias al respecto, ellas se sienten atrapadas en su negra situación, y lo que es peor, algunas resignadas a su destino.


Si hace un momento hemos sido capaces de imaginar que somos María, comprenderemos cuánto apoyo y comprensión necesita para salir adelante. Ella deberá ser muy valiente, pero la sociedad tiene el deber de ayudarla, y la ley la obligación de garantizarle seguridad y justicia.


El acto de hoy está destinado a apoyar a esas víctimas a las que queremos demostrarles que no están solas; ahora ya no, porque queremos respaldarlas, porque hay muchas personas que se levantan cada mañana dispuestas a luchar por ellas. Estamos decididos a colaborar en pro de los derechos de la mujer, por desgracia olvidados en muchas ocasiones.


Dicen algunos, haciéndose eco de tergiversadas declaraciones feministas, que las mujeres queremos “ser más” que los hombres, o tener más derechos que ellos, pero no es eso lo que queremos. Estamos exigiendo igualdad social y laboral porque tenemos derecho a ello; estamos pidiendo igualdad dentro de nuestro propio hogar: compartir trabajo y responsabilidades; estamos pidiendo igualdad, no superioridad; estamos recordando a la sociedad que somos MUJERES, que somos PERSONAS; ESTAMOS PIDIENDO RESPETO.


Adelaida Ortega Ruiz

12 comentarios:

  1. Con tu descripción del hecho, igual siempre y de idénticas características, me has convencido de la realidad de muchísimas mujeres.

    Vivir en violencia dentro de casa, ser víctima diaria de no se sabe qué culpa, tiene que ser terrorífico.

    El diagnóstico parece fácil aunque probablemnete no lo sea : hay demasiado cafre que no ha sido educado para vivir en sociedad y en familia.

    Esos cafres quizá tengan explicación sicológica, no justificación alguna, basada en que han vivido idénticas violencias en su propia familia desde niños. No lo sé

    Un cariñoso saludo

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  2. Muchas veces me lo imagino Adelaida, y hay un mecanismo en mi mente que no me deja seguir imaginando. Quizá porque no lo he vivido en mí ni cerca de mí, me es difícil sentirlo.
    Es terrorífico lo que está pasando.
    Hay una teoría que asegura que bajaría la estadística si no se le diera tanta difusión en los medios. No sé, lo que sí sé es que esto debe acabar, con prensa o sin prensa.

    Estupendo discurso.
    Un beso.

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  3. Es la triste realidad de una sociedad que en muchos aspectos sigue anclada en el pasado cuando la mujer solo era un mero objeto decorativo y no tenia ni voz ni voto en la familia. Muchos animales aún lo consideran así, me da pena como la lozana andaluza de la IGUAL DA, se dedica a otros menesteres en vez de centrar muchos más esfuerzos en acabar con esta lacra social que padecen muchas mujeres en España y como bien dices algunos hombres.


    No olvidemos también a esos padres que son pegados por sus hijos, que como leí ayer en varios medios, en dos años las denuncias han crecido el doble. Y es que todo tiene una misma raíz, la educación, y hasta que no consigamos eso nada estará superado.


    Un abrazo Adelaida.

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  4. Tellagorri:
    Estos cafres, pueden tener explicación psicológica o haber visto en su niñez esos comportamientos, pero seguro que saben que no está bien lo que hacen y por eso lo ocultan, por eso pretenden apartar a sus mujeres de su propia familia y amigos. Este patrón de comportamiento es muy común.

    Sus acciones se convierten en un círculo vicioso.
    Tienes razón, no hay justificación, y lo mismo que un borracho sabe perfectamente lo que hace, estos individuos maltratadores sólo tienen bajo mi punto de vista una explicación: Son malas personas. SON MALOS, y si no saben convivir y no demuestran poder hacerlo, mejor aislarlos.
    Tengo yo serias dudas acerca de la reinserción social, sobre todo tratándose de violadores y maltratadores.

    Un beso.

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  5. hola amiga. en mi proxima entrada en Cuarenta sueños pondré alguna referencia al maltrato de las mujeres. Esto pasa igual que con la violencia infantil. Personajes mal formados que utilizan su poder para vejar a una persona a unos actos que no desean. Esta sociedad da mucho libertinaje a esos inhumanos, que es muy distinto de tener libertad. Adelaida muy emotiva tu entrada y siempre estaré en contra de los maltratos en todos los sentidos. un beso y animo. Eres fuerte y luchadora.

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  6. Hola Elena.
    Yo también he oído hablar de esa teoría, pero si no se le diera difusión seguiríamos desconociendo la realidad diaria, y muchas mujeres seguirían inmersas en un silencio consentidor.

    El mayor peligro de tanta difusión es sin duda la inmunización de la opinión pública. Llega un momento en que de tanto oir lo mismo, te empieza a sonar como cuando llueve.

    ¿Pero qué es mejor, callar o correr el riesgo de que parezca algo cotidiano y por tanto corriente?

    Callar es otorgar... consentir.
    No se puede callar. Hay que denunciar y concienciar.

    Un beso.

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  7. Hola Javier.
    Tienes mucha razón en todo lo que dices, y sí, es cierto lo del aumento de las denuncias de padres maltratados por sus hijos.

    ¿A dónde estamos llegando con esta "sociedad civilizada" que aumenta la agresividad en lugar de afianzar la democracia, la libertad y los derechos humanos?

    El fallo está en algún sitio... tal vez en la educación o en la libertad entendida como libertinaje... o en la casi total permisividad en tantos aspectos cotidianos, en los que deberíamos conservar una mínima autoridad y criterios éticos.

    Saludos.

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  8. Hola Paco.

    Es lo que le decía a Javier: demasiada permisividad, demasiada libertad mal entendida.

    La libertad es hermosa y necesaria, pero hay que estar educados para vivir en ella.

    La libertad de una persona acaba donde empieza la de otra y eso se olvida demasiado a menudo.

    Un beso y gracias por lo de luchadora...
    No lo merezco. Sólo defiendo lo que creo que es justo.

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  9. Por circunstancias estoy muy cerca del trabajo que se hace con la mujer y el menor maltratados ...sé de casos espeluznantes y lo que da más frío...donde menos te lo esperas, hay un infierno... en tu escalera... entre tus conocidos... donde menos parece...
    Este crimen no distingue clases sociales ni de educación...
    Un beso solidario.

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  10. Excelente la entrada y maravillosa la puesta en escena, por parte de todas y, emocionante, conmovedora y emotiva la intervención de la chica maltratada.

    Pues así es, amigos, y así se me quedó. En lo que llevamos de año ya son 58 las mujeres asesinadas a manos de sus maridos, parejas, novios o "ex", 11 en Andalucía y 3 de ellas cordobesas; 755 mujeres asesinadas en España en los últimos 5 años y, si hablamos a nivel mundial, son más de 2 millones de mujeres, las asesinadas. Cifras horrendas, las miremos por dónde las miremos, así que lo que nos queda es luchar para erradicar ésta violencia que, ha sido declarada por Naciones Unidas como el crimen encubierto más grande del Mundo y como un problema físico y psicológico grave para los miembros que componen la familia, así pues, para que éstos crímenes desaparezcan, deben de ser denunciados.
    Debemos de unirnos y denunciar uno por uno los casos de violencia y maltrato y, no permitir que ninguna mujer permanezca callada, aguantando el dolor, el desprecio y las vejaciones de quién dice quererla.


    Un abrazo un beso.

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  11. Cierto, Ana.

    Los maltratadores en muchas ocasiones, pasan por ser padres y maridos modélicos ante la sociedad. Ellos se cuidan mucho de parecerlo.

    Un beso.

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  12. Hola Lola!!
    El acto resultó muy bien.
    Después de marcharte tú nos quedamos un rato más y la gente se animó bastante a consumir en la barra... lo cual fue bueno, pues el dinero recaudado se lo iban a entregar a la chica esta, que con 400 euros mensuales, dos hijas pequeñas, amenazada por el ex-marido y sin casa, lo necesita de verdad.

    Un abrazo.

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