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domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Saben los hombres lo que es el 50%?



¿Hay algún contrato, alguna escritura o algún mandamiento divino que nos obligue a las mujeres a llevar siempre el peso y la dirección del cuidado doméstico? Hasta la presente nadie ha podido darme una respuesta afirmativa, y sin embargo, parece estar implícito que en una pareja ella es la que arregla los bajos de los pantalones, decide el menú del día siguiente y friega los azulejos del baño, aunque ambos trabajen fuera de casa.
Se habla mucho de que la situación cambia, de que los “hombres modernos” colaboran en el hogar, pero por alguna razón, desde que nacemos nos ponen un sello invisible que nos marca para esa responsabilidad, y aunque intentemos huir de ella, nos persigue, nos persigue… no nos deja escapar.

Recuerdo muy bien aquellas palabras del cura… “en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad…”

¡Qué compartido parece todo ese día! Pero es guardar el vestido de novia en el altillo y emerge la cruda realidad.

Analicemos:
“Lo bueno”, por ejemplo, pueden ser unas vacaciones o sentarse tranquilamente a ver una película después de comer, actividades que se disfrutan en común. Sin embargo, cuando llegamos al apartamento, mandamos al marido y a los niños a la piscina y nos quedamos colocando el equipaje de toda la familia (el mismo que hicimos solas en casa, que volveremos a hacer para el regreso y a deshacer cuando estemos de nuevo en casa).

Cuando acabamos de instalarnos, nos ponemos el bikini apresuradamente y bajamos por fin a la piscina a “empezar a disfrutar”, pero resulta que ya casi es la hora del almuerzo, y mientras el marido y los niños se bañan un poco más, nosotras tenemos que subir a preparar la comida. En total nos hemos pasado 3 horas de preparativos y sólo media de “relax”.

En el país de Alicia y las maravillas podrían intercambiarse los papeles, pero seguro que habría cualquier conejo con chistera que nos acusaría de abusonas. Eso sería en el mundo de Alicia; en el nuestro un cambio de papeles es del todo impensable (y además los conejos no tienen chistera).

Después llega la hora de sentarse un rato a descansar, lo cual sólo disfrutaremos tras haber recogido la cocina (igual que hacemos en casa), y cuando ya hemos terminado, nos sentamos a ver la tele, pero la película está por la mitad. ¡No importa; somos felices porque estamos de vacaciones!

“Lo malo” mejor no comentarlo, porque aunque se sufra en común… ¿Qué mujer puede permitirse el lujo de holgar por tristeza? Aunque el ánimo decaiga y los problemas agobien, hay una familia que espera que estemos ahí y una casa que no marcha si no llevamos el timón. Con ganas o sin ganas “al mal tiempo buena cara”. ¿Qué remedio queda?

“La salud” es lo principal y lo mejor que hay para dar el cien por cien al pie del cañón. Ojalá podamos gozar de ella siempre, porque si enfermamos…



“La enfermedad” es algo que no podemos permitirnos las mujeres. Aquello de recuperarnos totalmente de una gripe en cama lo recordamos de cuando éramos niñas. Después no se ha dado el caso. ¿Quién iba a traernos el café y las pastillas a la cama, a poner la lavadora, a hacer la comida, a levantar a los pequeños para el colegio y preparar la ropa que han de ponerse, a ir a la reunión con el maestro, a llevarlos al pediatra y al dentista, a comprarles el abrigo nuevo, a limpiarles los zapatos, a revisarles los deberes y tomarles la lección, a recoger el tendedero, a planchar, a pasar el aspirador, a fregar, a poner la ropa de invierno en el armario…?

A todo lo anterior hay que añadirle el trabajo fuera de casa. Qué bonito sería llegar con la jornada finalizada, tumbarnos cansadas en el sofá y preguntar ¿Qué hay de cena?

Y yo pregunto ¿Por qué se espera automáticamente todo esto de nosotras? ¿Por qué asumimos nosotras mismas todas estas responsabilidades? ¿Dónde está escrito que seamos las obligadas? Lo más triste es que después nadie parece darse cuenta de todo lo que hacemos, pero al cabo de unos años de vida en común, se rompe un día un enchufe, y nuestro marido nos recuerda eternamente que lo arregló como si fuese una hazaña cotidiana.

Actualmente reivindicamos nuestros derechos socialmente y reclamamos que los hombres se reeduquen para la igualdad, pero la reeducación debe partir de las mismas mujeres. Somos nosotras quienes no debemos dar por hecho que todas esas labores sólo nos competen a nosotras. En la sociedad actual llegar a la plena integración del hombre en las tareas del hogar es como pedir peras al olmo. Habría que reinventar nuestro mundo, pero tal vez poco a poco, muy poco a poco, a las mujeres del futuro no se las marque desde niñas con ese sello invisible. Tal vez algún día, los hombres que presumen de “colaborar en casa” por recoger el lavavajillas o hacer de “cocinitas” un domingo, comprendan la cuantía real del 50%.

Adelaida Ortega Ruiz.

39 comentarios:

  1. No se puede decir más claro. ¡Ay lo identificada que me veo con todo lo que has dicho!
    En mi casa no comen queso como lo parta yo, con eso te lo digo todo. A lo más que llegan es a quitar su plato de la mesa. El pan, el frutero, la ensalada..., aunque sean comunes, los quito yo que para eso soy la mamá, ¡ea! ¿y eso cómo lo cambio? Tendrán que pasar siglos para que esto dé un vuelco.
    Voy a parar que me lanzo y acabo hasta con dolor de cabeza.

    Besos.

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  2. Sí Elena, lamentablemente es así, y poco les importa que les recuerdes que tú también trabajas fuera.

    ¡Cuantas pataletas para nada! A ellos parece darles igual que la casa esté desordenada o sucia. Si alguna vez pensásemos hacer huelga buscando una reacción por su parte, olvidémoslo; comeríamos huevos fritos una semana seguida, los huecos de los botones caídos habría que cerrarlos con imperdibles y los calendarios de propaganda, periódicos, tickets varios y objetos diversísimos se amontonarían sobre el mueble de la entrada eternamente, cubiertos de "asolerado" polvo.

    Esto por mencionar una ínfima parte. Si tuviera que hacer una lista completa, no dispondría de blog suficiente.

    ¡¡Sindicato del ama de casa ya!!

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  3. Que porqué asumís esas "cargas"?

    No conozco fémina que pudiera estar en un sitio que dice que es SU CASA, sin meter las narices en cada uno y todos los detalles de la vida en esa su casa.
    Os daría un ataque de ansiedad y de delirio si os prohibieran hacerlo.

    ¿Dejar que el marido y los hijos HAGAN LA MALETA A SU AIRE, que pongan la ropa a secar y planchar o a no planchar y usarla como esté, o tratar de resolver la intendencia de cada alimento y de cada compra a hacer?

    Antes preferís el divorcio o ser recluídas de por vida en un convento.

    ¿Cómo una mujer NO ORGANIZAR su propia casa?

    Mejor que la maten si tratan de obligarla a eso.

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  4. Hola amigo Tellagorri.

    Buen discurso! Me suena.

    Sin embargo los ejemplos que pones son sólo una pequeña muestra de las cosas en las que las mujeres echan "palante" tal vez porque los hombres "reculan".

    ¿Qué tal fregar los sanitarios, limpiar el polvo de los muebles, descolgar las cortinas, lavarlas y colgarlas, coger los bajos de un pantalón nuevo o descongelar y limpiar la nevera?

    Te aseguro que no me sentiría nada traumatizada si alguien "metiese las narices" en ello.

    Ayyy los hombres!! siempre con las mismas excusas.

    Saludos.

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  5. Mi sistema preferido, que no está en el mercado y además es muy caro, viene a ser el de tener un MAYORDOMO, a poder ser inglés, que se ocupe de todo.
    Un "Bautista" que se ocupe de todo lo doméstico.

    No existe nada mejor.

    Pero tampoco han sobrevivido con la llegada de las hipótecas a las casas y con la "liberación" o incorporación de las damas al mercado laboral, en vez de vivir como señoras en tertulias de té con pastas con las amigas o visitando los últimos modelos de cortinajes en tiendas buenas.

    Es una pena. Con lo bien que viviaís hasta que os metieron en la cabeza que ir a la oficina es una inmensa "liberación" y "realización personal".

    Tu abuela, probablemente, tenía una calidad vida que jamás igualareis.

    Sin pegar, ehhhh

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  6. Lo del mayordomo sería estupendo. Lástima que la inmensa mayoría de familias no puedan permitirse un asalariado así en casa. Ese sueldo del mayordomo es el que nosotras ahorramos día a día sin que nadie le eche cuentas, sin tener nunca vacaciones, bajas por enfermedad, por maternidad ni pagas extras.

    Lo de que "vivíamos bien hasta que nos metieron en la cabeza..."
    Nadie nos lo metió. Eso estaba ahí y salió cuando nos lo dejaron sacar.
    Y yo no le llamaría "vivir bien" a no tener otra cosa en qué pensar que sacar brillo a lo ya limpio o tomar el té cotilleando con las damas de sociedad.
    ¿Dónde queda la inteligencia humana (presente por supuesto en la mujer)? ¿Qué hacer con las inquietudes intelectuales y culturales? ¿Y con el ansia de ascender o demostrar la propia valía (aceptable en el hombre y recriminable a la mujer)?

    Mi abuela tuvo criadas, pero no una vida de ensueño por eso ni por otras cosas, y todo su mundo, toda la vida que conoció, llegaba hasta los márgenes de criar hijos, tener abundante comida en épocas de escasez, una buena posición social y salir a la puerta a tomar el fresco. No me gustaría vivir como ella, aunque no cuente con sus posibilidades económicas.

    Ella hubiera sido una persona completamente distinta si hubiera conocido, sabido y tenido otras aspiraciones que ni siquiera supo nunca que existían.

    ¡jajajaja! Nada de pegar, amigo. El verdadero poder reside en la inteligencia.

    Un beso.

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  7. Cuanta razón y verdad en tus palabras Adelaida.

    realmente no se que pensar , si es que la situación les vendria muy grande , creo que se excusan en ello , no veo en un hombre la delicadeza de una mujer , pero al menos compartir tareas ya seria todo un logro.

    Ademas las mujeres somos tan competitivas como ellos en el mundo laboral , su miedo es ese , que podamos llegar a ser cada dia mas efectivas que ellos jaja

    Aunque tambien es verdad que hay hombres que no les caen los anillos y te ayudan en todo , eso si que es de agradecer , mas que nada por la intención para mi ya seria suficiente.

    Feliz comienzo de semana , un besazo guapa.

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  8. Dña. Adelaida y doña. Vicky

    No confundamos. Las CAPACIDADES no necesitaís, las féminas, demostrarlas a nadie porque ya lo sabeís vosotras mismas lo que teneís, y que los hombres las valoren o no, os debería traer al pairo.

    Lo de cultivar o ahondar en la Cultura, las Artes, etc. resulta que sin ir a demostrar nada a nadie podriaís hacerlo mejor viviendo al estilo de vuestras abuelas. De hecho las mujeres ilustres de verdad eran las coetaneas a ellas, por dedicarse a la Literatura, a la Ciencia o lo que fuere, por libre.

    El afán de competir con el hombre en el ámbito laboral es un invento de feas lesbianas a las que nadie hacía caso. Porque los hombres siempre hemos vivido compitiendo y guerreando entre nosotros para sobrevivir, y no es nada grato.
    En mi juventud deciamos que el ideal de mujer era una FARMACEUTICA, porque así ella trabajaba y traía dinero a casa, y el hombre podía dedicarse a sus labores : no dar golpe, disfrutar de las tertulias, del Café o de los toros (según en dónde). Más o menos lo que hacen ahora en Estambul los turcos.

    Conozco a varios estupendos intelectuales, escritores y pintores que se han dedicado al Arte porque no necesitaban competir con nadie. Ni siquiera con los colegas de afición. Y vivían de herencias o de tener una esposa farmaceútica.

    Naturalemente que si los hombres se dedican a sestear y las mujeres a trabajar y competir, el Mundo iba a estar muy limpio y ordenadito pero hecho un caos de guerras porque a las ministras de turno que les molestaran las de otros paises (sea por los modelitos que usan, etc.) lo iban a resolver declarando la guerra.

    Sois, en general, muy emocionales y susceptibles. Y eso conduce a visceralidades, y para tal menester sólo debieran de estar los médicos de aparato digestivo y no gentío alterado.
    Bueno, de ésta no salgo vivo y me resigno a que no volvaís a dirigirme la palabra. Y es que a mí edad solemos decir lo que pensamos, y eso es muy peligroso.
    Me queda la esperanza de que, según he oído, las cordobesas y sevillanas soís cariñosas y poco rencorosas.
    Veremos.

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  9. Pues yo tengo mucha colaboración en casa ( permitanme un cierto tono irónico)...mi marido pone la cafetera...pone la feidora, pone la cocinera y hasta la lavadora... la secadora y pone el lavavajillas, eso es verdad...me ayuda mucho ( permitan que suelte un JAJAJA) ....pero el joío ¿por qué no pondrá la plancha? si tiene cable....como todo lo demás... será que no plancha solaaaaaaaaaaaaaaaaa?????
    Banalidades aparte...mi marido colabora en casa conmigo más que mis propias hijas... cierto es que las esposas de hoy nos estamos espabilando...pero las madres fallamos en algo...
    C´est la vie...
    Besos con sabor a arroz con pollo y sepia en salsa de curry y soja, que estoy terminado de rematar ahora mismico.
    Ustedes gustan??

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  10. Ya te encontré Adelaida y somos paisanas..jeje. Encantada de estar tan cerca virual y geograficamente hablando. Me voy a pasear por tu blog, veo que tu tambien escribes y has recibido incluso premios... Mi enhorabuena.
    Nos leeremos.
    Besos

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  11. Aayyy, aaaayyyyyy... la mujer!!!!. Como dijo aquel pensador danés..., quién puede bajar los ojos como una mujer y, quien sabe alzarlos como ella???.
    Benditas las mujeres y..., encantada de ser mujer aunque llevemos el peso de la vida!!!!.


    Un beso para tod@s!!.

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  12. Mi Ana me mima.
    Amo a mi Ana.
    ¡Ya! ¡Ya me march


    ¡¡Fiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu....!


    o.

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  13. Sí Vicky, tienes razón. Hay alguno por ahí al que no se le caen los anillos, pero hay que buscarlos con lupa, y aún así nunca llegan a implicarse totalmente. Yo lo sé de oídas, porque no lo he visto con mis propios ojos.

    Ellos ayudan, pero como el que echa una mano al verdadero responsable.

    Un beso.

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  14. ¡Ay, ay Tellagorri!
    Lo de vivir "con" o "de" una farmacéutica no deja de ser lo mismo... porque ella llevaría los pantalones de la familia, pero también las faldas. No he visto que en ese ideal que cuentas, el hombre además de dedicarse a sus afciones y a sestear, hiciera de amo de casa mientras su mujer ganaba el dinero en la farmacia. Tendría él que asumir ese papel ¿no?. Ya veo que se te olvida que el hogar es una zona de trabajo que necesita mantenimiento.

    A mí también me gustaría vivir sólo y exclusivamente dedicada a mis aficiones, a la literatura, a aprender, a estudiar...sin embargo me gusta mi trabajo y debo compaginarlo (porque tengo derecho a realizarme profesionalmente y porque le hace falta a mi economía familiar).

    Tampoco se trata de competir con el hombre, sino de compartir, de estar ahí. Sois vosotros quienes lo tomáis en plan competición.

    En la prehistoria el hombre, por ser más fuerte físicamente (pero no más resistente), salía a cazar; a lo largo de la historia también ha sido él quien ha guerreado por el mismo motivo, pero en la actualidad la tecnología nos permite "cazar" y "guerrear" más con estrategia que con fuerza física.

    Lo de que somos más emocionales y susceptibles... pues sí, pero aquí de lo que se trata es de que nosotras cumplimos con nuestras obligaciones y sólo pedimos compartir las responsabilidades familiares a los miembros de la familia ¿No es justo?

    No te preocupes que jamás te retiraría la palabra por verter tu opinión y tampoco me perdería tus instructivos escritos de ninguna manera. Decir la verdad a cualquier edad es peligroso; lo que varía es que cuando ya se tienen unos añitos te da igual lo que piensen los demás.
    Yo también digo lo que pienso.

    Ah! y esta cordobesa no te guarda rencor, sino todo lo contrario. Gracias.

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  15. Hola profe Ana.

    Mi marido también entiende de conectar el lavavajillas, de hecho es lo único que se tiene a sí mismo adjudicado.
    Luego recoge los cacharros limpios pero sólo coloca los vasos y los platos; lo demás lo deja por allí encima porque dice que no hay sitio en el cacerolero. ¡Qué casualidad que yo siempre encuentro la forma de que quepan!

    ¿Qué le vamos a hacer? Resignación.

    Buen menú el tuyo de hoy.

    Besos.

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  16. Hola María José.

    ¡Que alegría me das!

    Me gusta mucho como escribes. Es un honor para mí leerte y mucho más que me leas.

    Nos vemos.

    Un beso.

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  17. ¡¡¡Lola!!!

    Eres increíble. Siempre con las palabras y las citas adecuadas.

    No te digo más. Ya sabes que te aprecio un montón.

    Un besazo de los gordos y un abrazo apretao.

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  18. Hola José Alfonso.

    jajajajajaja

    Ya veo en el orden que lo has escrito.

    ¿No podría ser... "Yo mimo a mi Ana, mi Ana me ama..."?

    Como decían los humoristas Martes y Trece... "Es lo mismo, pero no es igual".

    Besos.

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  19. ADELAIDA
    Me has convencido parcialmente, aunque lo que más agradezco es haber descubierto a una mujer entera, liberal y que, como el arriba firmante, dice lo que piensa.

    En mi blog hay un post a cuenta de todo esto, y dedicado a tí, pero no como ejemplo de lo que cuento, sino para que lo analices y digas si no es cierto que muchas féminas son como las describo.
    En cualquier caso, puedes rebatir y, si es necesario, llamarme de todo, porque tienes categoría para hacerlo.

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  20. Adelaida, tú tranqui...

    Señor Don Tellagorri:
    El de arriba, el Dios, dijo al varón: ganarás el pan con el sudor de tu frente, sin citar que la hembra tuviera que secundarle en los sudores susodichos. Y añadió para ella: parirás los hijos con dolor...!Toma ya! menudo invento, a la Eva le bastaba mirar como parían las panteras. Vamos, cuentos bien inventados para que duraran, y aún hay quien dice que mi abuela tenía calidad de vida, se nota que el que lo dice no parió diez hijos con el dolor prescrito, ni idea tiene.
    Lo que es generalizar siempre resulta peligroso: jamás de los jamases entro en la jungla que es la habitación de mi hijo, ni con un machete de macho. Él solito, cuando se encuentra sepultado por los calcetines ¿supongo?, pone la lavadora , et, et, y la cenita se la hacen los dos, mi hombre o pareja y el nene, solitos. Hacer maletas, planchar, sacar polvos...!qué horror! se encarga la señora esclavizada de hacer faenas, así se llama mi esclava a la que pago religiosamente ¿dónde se ha visto a una mujer decente que explote a otra?, pero a mi marido le encanta pasar el aspirador, cada cual con sus neuras, jajaja. A cierta edad una dice lo que le pasa por...la cabeza.
    En la frente de hombre o mujer no consta incrito con hierro candente: lavar, fregar, planchar, la compra, la caca de los hijos/as, et, ete, et, conque cada cual se distribuya esos menesteres con santa y saludable imparcialidad.
    ¿Y esos topiquillos picajosos? Para que piquemos. Cazar, guerrear, fuerza física: simio, casi, ni homo erectus, jejeje, !viva el Neolítico que era más avanzado!
    Declaro que soy pintora, fotógrafa, escritora, profesora y que vivo del intelecto currando 8 horas al día !toma ya! La política para hombres y mujeres a los/as que les guste el poder; cada cual. Me remito a la Ministra del gremio guerrero en las Españas, peor que un tío no lo hace la Carmen Chacón, está demostrado que una guerra no la monta por el modelito de falda de una hipotétita compinche.
    Ahora mismo me rodea un desorden que conozco como orden, soy tertuliana (no de la secta del cartaginés Tertuliano)Lloro si algún día pico cebolla, cosa que suele hacer mi marido, al cual le fascina la cocina (los mejores chef; hombres, pues que disfrute) Pantalones o falda escocesa, los llevan hombres y mujeres, ayyy los tiempos, los lugares y las modas. Me gustan los "kilt" siempre que el chico tenga piernas bonitas y poco peludas.
    En mi juventud decíamos que el hombre ideal es el tierno, el generoso, el inteligente, el guapo, el que comparte, el no arrogante ni con complejo de poco macho, futbolero moderado, nada fanático, con sentido del humor, crítico, el que sueña y tiene siempre algo de niño: rara avis. Yo lo encontré, me felicito a mí misma y digo que existen. Si lo pongo en femenino sería lo mismo: mujer ideal.

    Tellagorri, a mi edad, repito, digo lo que siento: dice el decir manido y mezquino que los vascos son adustos, directos, poco sutiles, nada que ver con las cordobesas o las sevillanas, añado; aragonesas, gallegas o catalanas...cariñosas y noblotas ellas (?) Ya me presentarás a tamañas mujeres, las cuales, lo digo porque soy mujer, también son rabiosas y sueltan tacos o hacen restallar látigos, incluso pueden llegar a escupir !dioses!
    Tú mismo, y no me retires la palabra, veremos, me queda la esperanza de que los tópicos misógenos a veces fallan (?) natalí

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  21. ¡YA!
    ________

    Que se me ha ocurrido jugar con las sílabas y las letras del mimo:

    Quedaría (Creo que sobra una)más o menos así:

    ME-A ANA, MI AMA.
    YO-[h]ANA MO[h](j)A MI.

    Lo de las h y la j, absorvidas, por andaluces. Creo que se entiende, vamos. Y por cierto, no sobra ninguna. Está "tooooodo"! cuadrado.
    A ver, hija... ya puestos...
    je, je, je, je, je...

    Un beso.

    P.S.
    Ya sé, ya sé...

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  22. Por cierto!!!!

    Lo de Lola, fuertísimo del todo.

    Pero bueno, le daré un beso.

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  23. No me atrevo ni a entrar hoy, mea culpa.

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  24. Tella, vengo de tu blog ahora.

    Pormenorizado análisis el tuyo.

    Yo ya te he dejado el mío y me parece, sin quitarte del todo la razón, que coinciden bien poco.

    Gracias de nuevo.

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  25. Natalí

    ¡Vaya tela chica! Menudo discurso.

    Ole ahí las mujeres de tronío.

    Besos.

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  26. jajajajajaja!!

    Pepe, eres genial.

    Con el jueguecito de palabras me ha recordado "al palíndromo".

    Saludos.

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  27. Capitán, hola.

    ¿No te atreves a entrar? Pues ánimo!!

    Con cien cañones por banda,
    viento en popa, a toda vela...

    Saludos.

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  28. Interesante la reflexión y a la vez chocante, que después de tantos años de progreso y de reivindicar nuestros derechos, sigamos teniendo que hacer este tipo de reflexiones, cuando esto debería formar parte de tiempos arcaicos, pero ya ves, sigue al orden del día, quizá más sutil, más enmascarada, pero ahí está.

    Me gusta tu nueva plantilla, da una sensación muy acogedora.

    Besos guapa.

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  29. Gracias Ruth.
    A mí también me parece más acogedora esta nueva plantilla.

    La otra la puse en Septiembre, cuando me hice el blog (fue la primera que encontré). Es que estaba pegadísima en este mundo bloguero. Ahora estoy aprendiendo muchas cosas gracias a todos vosotros.

    Este tema queremos o querríamos calificarlo de "arcaico", pero no nos engañemos, querida Ruth; sigue latente en la sociedad, y a poco que escarbes te encuentras la cruda e injusta realidad, no sólo en cuanto a desigualdades sociales, sino a violencia de género.

    Hablar de esto es bueno, porque nos acerca a la concienciación de un problema que existe y que suele camuflarse por vergüenza, por intereses diversos o por... miedo.

    Estoy muy contenta por tu regreso. Un beso muy fuerte.

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  30. Hola Mamé.

    Encantada de tenerte por aquí.

    Un afectuoso saludo par ti y para tu programa de radio.

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  31. Jajajaaaa..., aayyyy Jose Alfonso..., no tan fuertísimo, hombreeeee!!!!, solo según el sentido que cada cual quiera darle a la frase.

    Venga pues..., recojo tu beso ¿¿obligado??? y..., te mando otro sin rencor!!!!.

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  32. Así es Mari Carmen.

    Por alguna extraña razón (sobreentendida generación tras generación), las mujeres asumimos esos cargos sin mediar palabra al respecto.
    No hay conversaciones previas para saber quién será el responsable de tal o cual tarea, ni se hará reparto equitativo, ni siquiera reparto desproporcional: Está implícito, se da por hecho que la mujer es la total y única responsable.

    ¿Por qué nos dejamos arrastrar por esto? No nos damos cuenta que somos nosotras las principales perjudicadas y cual dulce ovejita andamos solitas hacia el matadero (y además contentas).

    Tal vez la solución se encuentre en el diálogo (por supuesto previo a empezar la vida en común, porque después ya será tarde).

    La llave está en nosotras. Hay que poner las cosas claras de antemano. No hay que tener miedo al NO; si se niegan mejor saberlo antes que depués, para actuar en consecuencia.

    ¡Ayyyy, pero que tontas y felices somos las mujeres hasta la boda! Nos vemos en un futuro imaginario como las reinas del castillo, donde seremos dueñas y señoras de una vida maravillosa.
    Y encima son ellos los que parecen ir obligados al altar, cuando en realidad alli se están asegurando una sirvienta gratis y una vida llena de las comodidades que nosotras les procuraremos complacientemente.

    Mari Carmen, para nosotras ya es tarde, pero aconsejemos a nuestras hijas para hablar estas cosas cuando aún sea tiempo.

    Un beso.

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  33. Tellagorri y Ruth

    Estoy de acuerdo con vosotros.
    Sacar estos temas es aburrirse de la misma historia.La mujer siga en casa y con la pata quebrada eso fue hace mucho tiempo.De qué hay que lamentarse? Quizas para la Sra, Adelaida pueda suponer un trauma el hecho de vivirlo, para otras supone una realización, y no es mi caso: Hay que dar libertad a quien desee distribuir y organizar su vida como pueda o quiera. Las tareas domesticas no pueden ser un trauma para la mujer, hay que reeducar a algunas/os y en cauzar las pautas para conseguir un bienestar.
    Si no puedes costear un mayordomo quizas es porque prefieras tener un buen coche o una joya,a lo mejor se deberia empezar por eliminar esos lujos fruto de querer ser mas que nadie, y empezar por no obligar al resto y preferible pagar un servicio que discutir conversaciones de besugos.La mujer liberal no debe ser la que lleva el dogma de fe en la frente con bandera al puño y con el alegato del machismo.
    Hay mujeres y hombres, aunque algunas no quieran reconocerlo , que estan por encima de la distribucion de tareas del hogar;son personas tan maduras que saben perfectamente cual es el papel de cada uno y en cada momento, quedando fuera el arrebato y pataleta mas propio de un aparente orden que está desordenado.

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  34. Hola Anónimo. Gracias por dejar tu opinión.
    Sacar estos temas es luchar por lo que las mujeres creemos justo. Aburrirse o no aburrirse de ellos depende del interés de la persona en los mismos.

    No sé si has entendido el sentido del post. En ningún momento se ha hablado de que la mujer esté "en casa y con la pata quebrada", sino de que la mujer actual trabaja fuera, y por tanto, necesita que su compañero comparta, como sería lo justo, el trabajo de dentro. E incluso si sólo trabaja dentro, también agradecería que le echaran una mano en el cuidado de los hijos u otras cosas puntuales.

    ¿De qué hay que lamentarse, dices? Pues de cualquier situación injusta, desigual o abusiva que las personas sufran, en este caso las mujeres.

    Para mí no supone ningún trauma trabajar fuera ni seguir trabajando cuando llego después a casa. De hecho llevo haciéndolo la mitad de mi vida y supongo que continuaré hasta que pueda. Lo que sí sería estupendo es que los hombres se conciencien de que esos trabajos que tradicionalmente han hecho únicamente las mujeres, ahora también les corresponden a ellos.

    No digo que haya que compartir el 50% del peso cuando la mujer se dedique sólo y exclusivamente a su hogar, pero sí reivindico que hay que hacerlo cuando ambos miembros de la pareja llegan a casa cansados. ¿Es que el varón tiene más derecho a tumbarse y esperar que lo sirvan?

    Lo del mayordomo ya le dije al amigo Tellagorri que era una idea estupenda, siempre que se tenga dinero para pagarlo. Veo que para ti la solución sería prescindir del coche o de una joya, pero no sé si has pensado que tal vez los españoles de a pie (esos que tenemos que limpiar nuestras casas todos los días), pagamos el coche a plazos en 3 ó 5 años y que las joyas más valiosas que tenemos sólo nos llegan para pagar al mayordomo durante un par de meses (si acaso). También observo que los hombres buscan cualquier solución remota antes que "arremangarse".

    Lo que menos he entendido son tus últimas frases. Las cito textualmente: "Hay mujeres y hombres, aunque algunas no quieran reconocerlo , que estan por encima de la distribucion de tareas del hogar;son personas tan maduras que saben perfectamente cual es el papel de cada uno y en cada momento, quedando fuera el arrebato y pataleta mas propio de un aparente orden que está desordenado."

    ¿Cómo se está "por encima" de la distribución de tareas del hogar? La única forma que se me ocurre es auto-colocándose "fuera". Bastante egoísta, ¿no?
    Lo de la madurez para saber cual es el papel de cada uno en cada momento me parece fenomenal. Las mujeres por lo general no huimos de nuestra responsabilidad en casa. ¿Son todos los hombres lo suficientemente maduros para decir lo mismo?

    Saludos Anónimo.

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  35. Doña Adelaida:

    Tampoco existe contrato,escritura o norma divina que obligue a tener la casa siempre a punto, a tirar los tiques o los periodicos despues de usar,a tener que repartir obligatoriamente el 50 por ciento de las tareas, o a exigir al otro que haga lo que en definitiva no queremos ninguno.
    Y no con eso pueda deducir que lo de otros es poca disposición,y sí deducir que mantenerlo todo controlado sea la felicidad de la casa.
    Deberiamos aprender de nórdicos, belgas, alemanes o ingleses. Para ellos estas cuestiones se quedaron zanjadas, patafraseando a nuestra amiga Ruth , en los tiempos arcaicos.
    Quizas la clave seria relajarnos, dejar vivir e intentar mantener un orden sin locura.
    Si , según sus estudios en la materia, el español medio tarda de tres a cinco años en pagar un coche, eso es lo que nos ha traido la crisis: comprar más de lo que necesitamos.
    No es imprescindible un mayordomo, con una señora que le eche tres o cuatro horas a la semana seria bastante.
    Igual sí tiene tal servicio pero le parece poco, quizás nos interesan mas los bienes materiales que la tranquilidad.
    Será cuestión de avaricia?
    Egoísmo no veo más en quien pretende supeditar la vida familiar a la queja de los quehaceres diarios.
    En definitiva: dejar pasar, dejar vivir.

    Saludos Adelaida

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  36. Amigo Anónimo.
    En eso estamos de acuerdo: no existe contrato alguno que obligue a tener la casa siempre a punto; por eso podríamos dejar los platos sin fregar, y comer en ellos sucios, los sanitarios sin desinfectar, el suelo sin barrer, la ropa sin lavar, las camas sin hacer, la basura sin sacar, los objetos amontonados de cualquier manera y en cualquier sitio, los armarios sin organizar y los cristales tan sucios que al cabo de unos años hubiese que encender la luz incluso de día.

    Tienes razón. No existe ninguna norma divina que nos obligue a tener el orden y la limpieza básica. No es norma divina, sino humana, civilizada e higiénica.

    Supongo que en esto también estamos de acuerdo ¿o no?
    ¿O es que los ingleses y franceses viven en pocilgas?
    No, claro, relajémonos y procuremos mantener “un orden sin locura”, y me parece que este orden sin locura incluye todas esas cosas que antes enumeré… los platos, la ropa…

    Pues ya estamos de nuevo como al principio: que todo eso son las tareas diarias del hogar y hay que compartirlas al 50 % entre la pareja.

    Un asistente por horas a la semana tampoco se lo puede permitir todo el mundo, sobre todo cuando el dinero llega justo a fin de mes. Incluso si tienes limpiador (no tiene que ser por fuerza “mujer de la limpieza”, como tú has dicho) tampoco es que solucione todo el trabajo de la casa. Sigue quedando una parte mucho mayor que la tiene que hacer alguien, y mejor al 50%.

    En definitiva, que veo que es buscar excusas para no ayudar en casa. Y sí, pienso que esto es no sólo egoísta, sino injusto, abusivo y machista.
    Si no te importa no sigamos dando vueltas a lo mismo. Mejor reconozcamos que la colaboración entre los miembros de un equipo siempre es fundamental (un equipo como por ejemplo una familia o un matrimonio).

    Saludos, amigo anónimo.

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  37. Un beso de un hombre que valora, admira, respeta a la mujer del mismo modo (ni más, ni menos) que al hombre, porque hacer cualquier tipo de comparación sería diferenciar y no se puede diferenciar a dos seres semejantes.


    Saludos

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  38. Esa es la visión que debería ser natural para la sociedad.
    Gracias Mistral, por tu beso, tu visita y tus palabras.
    Otro beso para ti.

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